Antaño teníamos más capacidad de autosuficiencia que en la actualidad, los recursos que necesitábamos (para la construcción, ropa, alimentos, etc.,) los obteníamos en pocos kilómetros a la redonda. Es el caso de la cal. En nuestra comarca un alto porcentaje de la roca existente es caliza de gran pureza (CaCo3), o, lo que es lo mismo, Carbonato Cálcico. Estas se construían manualmente cerca de los calares o de los montes donde se situaban precisamente estas rocas. Era la única alternativa para pintar o enjalbegar el antiguo adobe con el que se construían las casas hasta hace unos años y por lo tanto, proteger de la humedad dichas viviendas. No olvidemos que la cal no solamente tiene utilidad para las construcciones sino también aplicaciones en el ámbito de la medicina o de la agricultura.
El proceso obtener la cal era el siguiente:
“La cal se obtiene normalmente en el monte. En el suelo hacían unos hoyos de unos 180 centímetros de profundidad, alrededor, con piedra, se iba tapando en forma de cuña o cueva dejando un agujero por un lado, la boca, que era tapado después. Por dicha boca se metía la leña y se encendía. Se tenía ardiendo sobre unas 72 horas, según la calidad de la piedra “hasta que se quedaba blanca”. Cuando se creía que la piedra ya estaba lista, se dejaba enfriar la calera. Si no llovía se mantenía en pie bastante tiempo. Esta calera se caía cuando no había calor en su interior o con el mal tiempo, es decir, con la lluvia y el aire.
Cuando esto sucedía, la cueva que se había formado con la piedra empezaba a caerse formándose piedras pequeñas y blancas, la cal, que antaño era utilizada para hacer casas como ya he dicho antes. En la actualidad se vende y es utilizada “para blanquear”. Para poder utilizarla hay que echarla en agua unas 24 horas y tiene que ser en un recipiente de chapa, porque si no la cal lo deshace. Cuando ha estado en remojo se forma una pasta que la gente utiliza para “enjabegar” con una escoba o brocha.”. Extraido del estudio elaborado a través del proyecto Universidad Rural Paolo Freire (Grupo de Acción Local Sierra del Segura)
Actualmente aún se sigue obteniendo cal, pero de forma industrial. El método utilizado no es el mismo”.
La construcción de las caleras era aleatoria, en el sentido de las necesidades de enjalbegar de pueblos o aldeas cercanas y de la abundancia de este tipo de roca. Desde hace decenas de años, las caleras se han dejado de usar. En otras comarcas serranas (sobre todo del norte peninsular) están revalorizando estas construcciones de cara al sector turístico, con rutas de senderismo temáticas. En el número anterior de Sierra Viva hablamos de rutas temáticas como la del agua, de los pastores, del bosque o de los segadores y, porque no LA RUTA DE LAS CALERAS O RED DE RUTA DE LAS CALERAS.
Previo estudio identificativo de estos bienes etnográficos, se podrían enlazar itinerarios culturales-etnográficos para el conocimiento de las mismas, e incluso rehabilitar algunas de estas para la ilustración in-situ acompañada de cartelería e información anexa.
A su vez la interpretación de estos elementos se pueden enlazar (dentro de la ruta) con las construcciones a las que se impregnaba la cal en sus fachadas, en las que, muchas de ellas están ya completamente abandonadas.
Otro aspecto clave es el de la protección de las mismas, ya que muchas de estas están colmatadas de escombros, basuras y en mal estado de conservación. Sería un factor clave la limpieza de estos bienes mediante jornaleros y/o actividades de voluntariado.
No hay que olvidar que los elementos etnográficos en nuestra comarca pueden ser factores clave para el desarrollo socioeconómico y cultural de nuestras poblaciones.
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