La Sierra del Segura, un lugar por descubrir

Albacete es una provincia diversa, tanto por sus costumbres como por su variedad geográfica y prueba de ello es el gran salto físico que hay entre sus llanuras manchegas y sus altas y casi desconocidas sierras. Su variedad se basa en unas costumbres sostenidas gracias a la situación geográfica y estratégica de su territorio, a caballo entre las llanuras manchegas más quijotescas, entre las cercanas tierras murcianas y levantinas y entre las tierras andaluzas. Esta mezcolanza de costumbres de los diferentes lugares hace de Albacete un lugar único y a la vez cercano.

La Sierra del Segura, constituye el territorio más meridional de la región castellano-manchega y debe su nombre al río que la riega y la atraviesa, el Segura. Engloba una extensión total de 2.672 Km2 y están enmarcados bajo esta comarca doce pueblos singulares, con costumbres mezcladas de las tierras andaluzas, de las tierras manchegas y de las tierras murcianas. Enmarcada en los dominios prebélicos, su accidentada geografía ofrece un atractivo geográfico, histórico y paisajístico sin parangón. Sus gargantas y valles, sus cumbres espectaculares o las hoces de sus ríos conforman una realidad geográfica que sorprende al viajero en cada rincón. Sus pequeños pueblos o núcleos de población conservan todo su encanto y tradición, unido todo esto a sus montañas arboladas y a la cantidad de arroyos, riachuelos y fuentes dispersas por toda la comarca, que hacen de este lugar un destino de obligada visita.

Ayna, Bogarra, Elche de la Sierra, Férez, Letur, Lietor, Molinicos, Nerpio, Paterna del Madera, Riopar, Socovos y Yeste conforman la comarca serrana, la joya de la provincia de Albacete en turismo de naturaleza, con formaciones Kársticas, con el Parque Natural de los Calares del Mundo y la Sima, con zonas de especial protección para las aves, con especies de flora y fauna endémicas y con lugares de un encanto singular, hacen de esta comarca un paraíso por descubrir. Un territorio en el que la cabra montés, el jabalí y el ciervo son las especies de mamíferos reinantes junto a otros de menor envergadura como el zorro, el gato montés, la jineta, la comadreja o la nutria, y que además cuenta con una gran variedad de especies de aves rapaces, muchas de ellas en peligro de extinción.

En cuanto a sus encantos históricos, en la Sierra del Segura se da una diversidad envidiable. Desde abrigos o cuevas con pinturas rupestres en Ayna, Socovos y, principalmente Nerpio, con una antigüedad de entre 10.000 años de la Cueva del Niño en Ayna hasta los 4.000 de los abrigos rupestres de Nerpio, hasta los vestigios de los yacimientos arqueológicos de la Edad de Bronce y del Hierro, además de numerosas huellas de la civilización romana, íbera, visigoda o musulmana. Torres y atalayas dispersas por toda la comarca dan fe de la importancia de estos territorios en épocas remotas. Agua, montañas, historia y costumbres hacen de la sierra albaceteña un lugar idílico de obligatoria visita. El principal accidente fluvial de esta comarca es el río Segura, con sus afluentes Mundo, Taibilla y Tus, y aunque el agua que fluye por sus valles y gargantas es uno de los principales atractivos de esta comarca, también sus originales fiestas y celebraciones son un aval atractivo para el visitante.

En la Sierra del Segura las fiestas mayores se viven en torno a los encierros. El toro es el rey de la fiesta en los doce pueblos que componen esta amplia zona de la sierra albaceteña, donde destacan los encierros de Elche de la Sierra, denominada “Cuna de los Encierros” junto con los de Ayna y Molinicos. Otras Fiestas de interés son sus romerías, sobre todo la de San Bartolomé en Yeste o la de San Felipe en Socovos. Pero si hay una fiesta que destaque por encima de todas por su originalidad y colorido, es la fiesta de las Alfombras de Serrín de Elche de la Sierra, un verdadero canto al arte efímero, donde las calles se cubren de un manto púrpura de vistosos colores, motivos y formas en la noche del sábado posterior al jueves del Corpus. Esta fiesta está declarada de Interés Turístico Nacional.

También la gastronomía es un atractivo de peso en la comarca segureña. Los platos típicos, de auténtico sabor tradicional, representan la esencia misma de la sierra con productos autóctonos de un recio sabor abolengo. Olla de pencas, gazpachos, ajopringue, andrajos, zanguango, migas, gachasmigas, ajo de harina y potaje de garbanzos, junto a los postres y a la repostería más artesanal, como las hojuelas, las toñas, las fritillas, los nuégados y los borrachuelos, hacen de la gastronomía serrana el sello de distinción y tradición, que el viajero espera encontrar.

Fuente: Sierra Viva /Rodrigo Gª Goli