Rueda por la Sierra del Segura en Moto: Ruta de los Castillos
La naturaleza lo abraza todo en la Sierra del Segura, pero también hay lugar para la Historia entre sus montañas y valles. Además de una tupida red de torres de vigilancia, la comarca tiene fortalezas orgullosas, como las de Yeste, Nerpio o Socovos.
El pasado musulmán de la Sierra del Segura se expresa, además de en los enrevesados trazados moriscos de sus pueblos, sus regadíos y cultivos, en la presencia de fortalezas que fueron cambiando de manos conforme avanzaba la Reconquista. Vamos a recorrerlas. Podríamos empezar en Elche de la Sierra, Yeste o Nerpio, según viniésemos de Levante o Jaén, pero lo vamos a hacer desde la que fue el primer centro de poder cristiano en la comarca: Socovos, acceso a la zona desde Murcia.
Una vez franqueada la frontera natural que suponen los cañones del Segura y el Mundo, los reyes castellanos concedieron el control de las tierras al sur del primero a los poderosos monjes guerreros de la Orden de Santiago, que establecieron su primera encomienda en Socovos, rehaciendo la antigua fortaleza almohade y construyendo la Iglesia de la Asunción a su lado. El rincón irradia una delicada armonía rural.
Desde Socovos, seguimos hacia el sur por la CM 3228 y después por la B30 hacia Benizar, ya en Murcia, donde nos sorprenderá la gallardía de su antiguo castillo, vigilante del paso de la carretera hacia El Sabinar, donde nace el arroyo del mismo nombre. Atravesamos el Campo de San Juan, bajo la mirada de las gigantescas Cuevas de Zaén y el olor de la lavanda, si lo hacemos en julio, hasta enlazar con la MU 702 (poco después AB 702), que nos llevará a Nerpio.
Aquí nos espera el castillo que fue la vanguardia de la frontera castellana en la Sierra hasta casi el final de la Reconquista, también sede de Encomienda durante algunos años, hasta que Yeste asumió su territorio. Para ello, nos dirigiremos a Pedro Andrés, por medio de la bonita Hoz del Taibilla, cuajada de centenarios nogales. La Fortaleza del Taibilla es el mejor mirador para este remoto valle, desde donde podemos bucear algo mas en el tiempo, si visitamos las cercanas pinturas rupestres de la Solana de La Covachas.
Vuelta atrás para transitar por la A 45 en dirección a Yeste, que fue la gran villa del sur de la Sierra, encomienda santiaguista y lugar de la Vicaría del Obispado de Cartagena. Su castillo es el mejor conservado de la zona, con detalles góticos y un recoleto patio de armas. Hoy exhibe una interesante muestra que cuenta cómo fue la vida en estos valles en la Edad Media. De aquí, la CM 3206 nos llevará a cerrar el círculo de este recorrido en dirección a Elche de la Sierra. No hay castillos en este tramo, pero si mucha Historia por las cañadas que pasan por Peñarrubia, cuya piedra sobre la población fue una importante ciudad íbera.
Entre Elche y Socovos, a través de la CM 3218, y a escasos 3 km de Elche nos encontramos con el llamado Mirador de Amílcar Braca, zona, donde según la leyenda, pudo ahogarse el general cartaginés en una traición del rey íbero Orisson y sus toros con teas encendidas en los cuernos. Situado frente a este mirador, en el mismo lado de la carretera, cuya silueta en un peñón sobre el Arroyo de Los Huertos revela que ahí hubo también un recinto amurallado desde tiempo inmemorial, donde la visigoda Gutta llegó a ser, incluso, municipio romano. Continuamos por la CM 3218 para regresar a Socovos tras cruzar el Segura en El Gallego. Antes, Férez nos dejará la escenográfica estampa de su caserío bajo el monte Regalí.
